







Especificaciones técnicas

La belleza de los relojes vintage reside en su carácter distintivo. No son simples herramientas para medir el tiempo, sino verdaderas obras de arte, fruto de años de evolución técnica y diseño. Cada reloj lleva consigo una narrativa única, compuesta de momentos especiales, encuentros significativos y el inevitable paso del tiempo. Sus características estéticas, que pueden ir desde delicadas esferas hasta correas de cuero desgastadas, son signos tangibles de las vidas que han vivido. Cada arañazo, cada marca, narra aventuras pasadas, una historia que sigue viva a través de quien lo lleva. Es como tener un museo en miniatura en la muñeca, que te conecta con épocas pasadas y con personas que, como tú, han apreciado la belleza y la funcionalidad de estas pequeñas obras maestras. Cada vez que miras la hora, no solo ves el paso de los minutos, sino que revives un fragmento de la historia, un recuerdo que cobra vida.

Un reloj vintage también es símbolo de autenticidad. En un mundo de producción en masa, estas maravillas representan la singularidad y la personalidad de quienes las eligen. Son difíciles de encontrar, a menudo piezas únicas, lo que las convierte en verdaderos tesoros para coleccionar. Al llevar un reloj así, no solo eliges estilo, sino que también abrazas una parte de la historia, una conexión con el pasado que enriquece el presente.

En conclusión, un reloj vintage es mucho más que un simple accesorio; es un compañero de viaje que nos recuerda el valor del tiempo, la memoria y las experiencias compartidas. Es un canto al pasado, un puente entre generaciones, una llamada a vivir cada momento con intensidad. Elegir un reloj vintage significa elegir llevar tu propia historia, llevar en la muñeca un reloj que, al marcar las horas, celebra la belleza de la vida.
Cada detalle habla de herencia, cada componente evoca artesanía atemporal. Para quienes no solo llevan un reloj: llevan un legado.
Una celebración de la relojería de los años 50, la Colección Heritage es más que un reloj: es un homenaje a una época de estilo, precisión y propósito. Su esfera, limpia y perfectamente legible, invita a la mirada a detenerse, protegida por un cristal hesalite de doble cúpula con tratamiento antirreflejos que evoca las suaves curvas del cristal vintage. Bajo la superficie, un alma en movimiento: un cronógrafo de cuerda manual con dos subcontadores, que incluye un telémetro, una escala de primer minuto y un taquímetro, herramientas que antaño utilizaban exploradores, corredores y soñadores. En su corazón late un movimiento mecánico, inspirado en el legendario Venus 175, que ofrece hasta 51 horas de reserva de marcha.